El mal ha sido tema y problema recurrente en todas los intentos explicativos del hombre desde que éste cobró conciencia de sí mismo. El mal y sus efectos en el mundo, dramática o trágicamente imputados en las distintas épocas a fuerzas más o menos trascendentes —del destino a los dioses, de la naturaleza al hombre mismo—, y que han alcanzado alturas insospechadas en este siglo que largamente agoniza, son aquí el motivo de la reflexión.
En El laberinto del mal Carlos Gracia nos conduce a través de un dédalo poblado por los más oscuros mitos que han forjado la conciencia (y la mala conciencia) occidental. Pecado, paraíso, culpa, redacción, cielo e infierno; seres luminosos y habitantes del lugar de las tinieblas; Dios y el Diablo.
Apoyando en un sólido y diverso aparato crítico, el autor de este ensayo sigue las huellas del emisario del mal desde sus antiguos orígenes; analiza esa figura siniestra y su labor en el mundo sin dejarle oportunidad de respiro: la obsesión medieval, los atributos que le otorga el Renacimiento y la envestidura trágica que le provee el romanticismo. Su intento desmitificador lo lleva a analizar las formas que reviste el mal en nuestra época; nos llama la atención sobre su omnipresencia, sobre su indiscriminada predilección por lo humano. La historia no ha terminado, parece decir; la eterna lucha sigue.
«Libro para dialogar con él y cuestionarse todo y detener la vida —comenta Luis Fernando Brehm—, para volver a caminar con un proyecto personal… Carlos Gracia sabe de la vida y es sabio… Él nos da, desde sí, vida hecha palabra, literatura, trascendencia…»
El laberinto del mal es un libro, en suma, movido por el anhelo de un mundo distinto en el cual «el horror terrenal no posea la última palabra».