Esparcidos por aquí y por allá, pinturas, esculturas, templos y casas vinculados a la religión siguen siendo un testimonio del legado que hemos recibido de nuestros antepasados. Ponemos a juicio del lector un esfuerzo por hacernos conscientes todos, guanajuatenses de nacimiento y afortunados visitantes de estos lares, de la maravilla que podemos vivir y gozar. Las piedras nos hablan, los lienzos nos susurran y los templos nos recuerdan a voces que debemos conservar este tesoro.