En este segundo libro, Jesús Martínez nos presenta el trabajo de Manilla y Posada, dos de los tres grandes del grabado mexicano del siglo XIX. Con años de diferencia quizá, pero con hermandad de época, temas, modo, oficio, muestra las calaveras como sus principales aportaciones al arte del blanco y negro en México.
En la segunda parte habla de destacados grabadores contemporáneos, entre los cuales podemos mencionar a: Carlos Alvarado Lang, Raúl Anguiano, Octavio Bajonero y Jesús Gallardo, entre muchos otros. También, hace hincapié en el impulso que actualmente recibe esta disciplina por parte de algunas instituciones.