Olvidar o negar nuestros orígenes, nuestras procedencias, es menospreciar la riqueza cultural que poseemos y desconocer los aportes de nuestros antepasados. Por ello, estos retratos, que esconden historias de vida de niños, hombres y mujeres, representan testimonios extraordinarios para la investigación histórica y para recordar que miles de africanos y afrodescendientes formaron parte de nuestras familias y participaron con su trabajo y su cultura en la formación de la sociedad mexicana.