En La insurrección de 1810 en el estado de Guanajuato, el profesor Fulgencio Vargas, en su tiempo un connotado miembro de diversas academias, entre ellas la de Historia, reunió una serie de tradiciones orales y leyendas locales referentes al movimiento de Independencia, que al momento de publicarse por primera vez este libro cumpliría su primer centenario.
Las breves historias sobre Albino García, doña Gertrudis Vargas, el Pípila y el Giro, entre otros personajes insurgentes, resultarán novedosas para las más recientes generaciones, mientras que para otros serán historias aún vivas; es por eso que según el poeta Juan de Dios Peza, «El libro de Vargas es de aquellos que están destinados a vivir mucho, porque su misma índole los hace interesantes y curiosos en todas las épocas», opinión que comparte el autor del prólogo, don Luis González Obregón.