Poema sacrílego que hace inevitable mancharse en el intento menos caluroso de defensa. Acaso el suicidio de un inmortal nos despierte sentimientos estéticos de resistencia naturales, pero la muerte por propia mano de un desconocido de dudosa ralea nos resulta siempre repulsiva.
Lo que hace interesante el poema no es el tratamiento poco ordinario pero de dudosa presentación. Su nota característica brota principalmente de la sensación incomodísima de estar dentro del pensamiento de un demente, en la duda de un hombre que provoca el temor de no volver alguna vez a vivir sin sonrojo el encanto de la poesía. Duda tanto más aterradora, cuanto que la restauración de
simple ser humano al orden de las cosas sencillas es ya insalvable […]