La publicación de documentos antiguos, en este caso del siglo XVIII, busca su rescate, de la pérdida y del olvido.
La edición facsilmilar de estos catecismos-creados originalmente para apoyar la labor evangelizadora- deviene testimonio concreto de la historia de nuestro país.
Gracias a su carácter lingüístico vuelven a ver la luz, pues las lenguas en ellos documentadas sobreviven: náhuatl, otomí, mixe y huasteca.
Los especialistas, hablantes e interesados en el tema encontrarán aquí material para conocer o profundizar en él, y todos, además, un puente hacia nuestras raíces.