Con los elementos aprendidos en el reino de la asfixia, Mario Jaime nos relata la vida de un gran tiburón blanco, desde el filicidio en el vientre de la madre hasta la sublimación de su muerte.
Orfandad, apetito, aprendizaje e instinto nos serán desvelados a través de los ojos del autor, quien –mirando siempre hacia la poesía– hará que el lector, incluso el que poco sabe de mundos acuáticos, se sumerja en este océano de palabras, en una aventura ineludible por vital.