En Yuriria (1522-1580), Javier Ayala discurre sobre la importancia de la distribución del espacio en un pueblo de indios durante el primer siglo del virreinato. Nos muestra cómo, en su afán por enseñar el Evangelio, las órdenes religiosas tendrán un papel decisivo en la nueva conformación de los pueblos: cómo la traza del espacio físico vendría a ser solo el inicio de un proceso de aculturación más profundo que finalizaría con la devastación del mundo indígena.