La influencia que Diego Rivera imprimió en los artistas norteamericanos durante la década de 1930 fue fundamental para el desarrollo posterior del muralismo estadounidense. Los murales que realizó quedaron ubicados en edificios públicos […] En ellos, el artista ilustró los recursos propios del estado de California, capturó el momento de creación muralística y expuso su concepción sobre la civilización de América, respectivamente. Claro está que no todo fue fácil para Diego Rivera: enfrentó críticas adversas a causa de su conocida militancia política […]
Esta investigación, efectuada sobre documentos originales de archivos de las instituciones y de bibliotecas de aquella ciudad, constituye un paso importante en el conocimiento de la figura polémica de Rivera y su trayectoria en el extranjero, que había estado ausente en la literatura escrita sobre el artista.