Enrique A. Cervantes, en su Bosquejo del desarrollo de la ciudad de Guanajuato, nos plantea, a través de un recorrido histórico, su inquietud por los cambios que observa en la ciudad de Guanajuato (primera mitad del siglo XX), pues se han agregado elementos que alteran su conformación urbana, con lo cual queda manifiesto el descuido del hombre ante la preservación de su patrimonio cultural. Que no sólo el hombre ha influido con su proceder, también los fenómenos naturales han tenido un papel crucial en dicha transformación.
Si bien el tono subjetivo de la obra puede resultar anacrónico para algunos lectores, la obra de Enrique A. Cervantes «estableció un marco de referencia con el cual definir el patrimonio» y nos puede llevar a reflexionar sobre la importancia de cómo los edificios, monumentos, y su distribución nos representan.