Durante el desayuno, Diego le pregunta a su hermano si le permite ver si su mano cabe en su boca. Mano se niega. Diego insiste ofreciéndole un delicioso polvorón. Durante el juego por devorar el postre, Mano da tan gran bocado que tanto el polvorón como Diego terminan en su estómago.
¿Qué harán para justificar la ausencia de Diego en la escuela? ¿Qué le dirán a mamá?
Te invitamos a que leas Buen provecho para que conozcas el desenvolvimiento de esta peripecia en la vida de Diego y su hermano.