Hacer la memoria del simple existir, de la dicha amorosa, sin más pretensión que verter el resultado interior de la experiencia, ese parece ser el fin de este libro. En él, el paisaje es motivo de paz; y la música, un tema medular que nos hace recordar que, en la orquesta del mundo, todo tiene un cadencia que nos lleva de la mano, tal como el autor nos conduce por su historia personal. Dejémosle hablar; compartir su testimonio como un pan de familiares sabores.
Aleqs Garrigóz