“Dos lógicas, a primera vista antitéticas, confluyen en
Cantata fractal: Una suite de recitativos ―o arias para una
sola voz— que alternan con estilo expresivo, italianizante,
y establecen desde ya un paisaje; y un mapeo de fractales
psíquicos de autoreferencia sugestiva al modo de los dessins
mescaliniens de Henri Michaux.
(...)
Sus virtudes son contradictorias y su arte es una síntesis
que es muy poco probable encontrar de nuevo. Uno puede
perder tierra, y sin embargo sentirse arrastrado por la
consistencia. Su argumento en este libro es, ya de por sí,
dramático, y su espera no es otra que la del alma.”
Edgar Reza