Cuando se piensa en la esclavitud negra en el continente americano, casi siempre se relaciona ésta con los EE.UU. No obstante, no hay que olvidar que los negros africanos también fueron traídos a la América Latina, sobre todo al Brasil en donde la población todavía, muestra un gran porcentaje de descendientes de aquellos esclavos. Igualmente, Hispanoamérica - aunque en menor proporción, se sirvió de la raza negra, de manera principal en los Virreinatos del Perú - posteriormene Virreinato de Nueva Granada - y México (en aquel entonces Nueva España). Celaya: sus raíces negras nos cuenta cómo era la esclavitud para la gente de color en una parte del Bajío, uno de los 46 municipiios de Guanajuato. Para ello, nos describe Celaya desde sus inicios y nos relata de dónde venían los negros, cómo se registraban en bautizos y matrimonios, así como sus relaciones de compadrazgo. Además nos indica cómo iban naciendo las castas, al mezclarse la población negra tanto con la indígena como con la española. Por otro lado, nos hace ver las trabas que le ponían a la población para su ingreso a la vida religiosa si no tenía « pureza de sangre». Asimismo, aunque de manera muy escueta, nos recuerda que también existió la esclavitud para la raza asiática.