En Varia lírica, Armando Gómez Villalpando prosigue su itinerario inventivo en el espacio abierto de la palabra poética arriesgada en su gravedad y en su silencio.
El del riesgo es el terreno en que se revuelven y desenvuelven estos arcos líricos que pasan del verso gimnástico y aeróbico hasta el micropoema propenso a cristalizarse en haiku. Riesgo, peligro, azar, pues el sujeto o agente elocuente –autor estandarte del poema– anda, corre, salta, se eleva como equilibrista por la cuerda floja y el trapecio de una novísima literatura de cordel y de su prosódica urdimbre.
Varia lírica se plantea como un ejercicio de destreza y maestría que afirman a Armando Gómez Villalpando como un digno eslabón en la tradición hispanoamericana del poemínimo y del poema breve.